Pues sí. Si lo que queremos es desconectar y descansar, al tiempo que conocemos nuevos sitios, Jaén es una ciudad perfecta para ello. No es un destino masificado pero ofrece una rica historia, un patrimonio espectacular y un centro histórico que merece la pena visitar. No en balde, edificios tan hermosos como su catedral ensalzan la etiquetas de nuestros vinos.
Si a eso le unimos su oferta oleoturística, tenemos un destino genial para disfrutar del turismo patrimonial y el gastronómico.