La viticultura está llena de datos curiosos: las uvas se cultivan en el mundo desde hace más de 8.000 años, cuando griegos y romanos comenzaron con el cultivo de la vid para producir los vinos primitivos. Así que, con tantos años de experiencia, el sector ofrece curiosidades y anécdotas de todo tipo. Hay viñedos submarinos, con formas tan curiosas como las propias de Grecia o La Geria de Lanzarote… y multitud de situaciones y singularidades en torno a esta ancestral actividad.
La viticultura, es decir, el sector de la agricultura dedicado al cultivo de la vitis vitífera, tiene mucha historia detrás. Y, cómo no, muchos datos curiosos y prácticamente desconocidos por muchos de nosotros. La viticultura está muy condicionada por la tierra, ya que el tipo de suelo aporta características específicas al vino; el clima, que da más cuerpo y alcohol al vino cuanto más cálido es y, por el contrario, más acidez con temperaturas más bajas; y la variedad de uva cultivada, que también determina el carácter de un vino.
Pero también ha estado muy influido -el cultivo de la vid- por diversas circunstancias, en muchos casos azarosas, que han marcado la forma de evolucionar de esta actividad ancestral. Las personas dedicadas a la viticultura han ido atesorando un profundo conocimiento del suelo para cultivar uvas de calidad superior, pero también muchísima experiencia en torno a las características optimas necesarias para la cosecha, así como los métodos adecuados para recolección y maduración en función de donde nos encontremos.
Ahí van esos datos curiosos de la viticultura.
el vino y su relación con otros sectores como la medicina o el comercio
Pues sí. Ya en la Edad Media, el vino se usaba como medicamento y las órdenes religiosas -donde también desarrollaban la viticultura- comenzaron a comercializarlo para su subsistencia, ya que se le atribuían propiedades curativas y estaba muy demandado. Se creía entonces que el vino podía curar dolencias como la tuberculosis y la peste.
Y, más adelante, en el siglo XVI, el médico, alquimista y astrólogo alemán Paracelso defendía que su consumo moderado podía fortalecer el corazón y mejorar la circulación sanguínea.
la viticultura nació en la antigua grecia
Aunque existen vestigios que sitúan en Egipto las primeras prácticas, todos los datos apuntan a que fueron los griegos los grandes estudiosos de lo que hoy sería la viticultura moderna, ya que desarrollaron sistemas de conducción y poda para el viñedo, y hasta le asignaron una deidad, el dios Dionisios.
Después de ellos, los romanos continuaron la difusión de la vid por todas las tierras de su imperio, hasta el punto de que el vino se convirtió en la bebida para celebrar victorias y celebraciones. Para ellos, la referencia fue el dios Baco, al que se asociaban todas las fiestas y momentos de disfrute, con consumo de vino incluido.
viñedos con formas peculiares
No todos los viñedos son iguales. Y, de hecho, las circunstancias orográficas, las costumbres, la experiencia de la viticultura en cada sitio del planeta son tan distintas como para que los propios viñedos adopten formas de los más peculiares y la vendimia se produzca en situaciones de lo más inverosímiles.
- EN TAILANDIA, por ejemplo, la práctica de la viticultura es relativamente reciente (el siglo XX). Y allí han optado por viñedos flotantes, ya que cada parcela está conectada por canales por donde transportan la uva cosechada. Además, trabajan con elefantes.
- EN GRECIA, en Santorini concretamente, los viñedos tienen forma de nido o cesta para proteger a la uva de los fuertes vientos y el intenso sol que caracteriza el clima de la zona.
- EN ESPAÑA, tenemos dos ejemplos de viñedos y vendimias particulares. Por una parte, en la Ribeira Sacra de Galicia estás acostumbrados a vendimiar en laderas con un 85% de inclinación y, además, transportar la vid por un escarpado suelo de pizarra y granito. Los viñedos volcánicos de La Geria, en Lanzarote, son otro ejemplo de forma curiosa. Allí, ante la falta de lluvia, las paredes de los conos que rodean cada viñedo contribuyen a mantener la humedad y propiciar la producción.
las certificaciones y distintivos no son nuevos
Las certificaciones, distintivos y señas de identidad de cada vino han proliferado en los dos últimos siglos. Sin embargo, su origen es mucho más antiguo ya que, durante la Edad Media, cuando gran parte de la vitivinicultura del momento se producía en los monasterios, surgieron las primeras denominaciones de origen y se establecieron normas para la calidad del vino.
Se cree que la denominación de origen más antigua del mundo es la del vino de Tokaj, en Hungría, que se estableció en 1737.
viticultura a escala planetaria: hay viñedos en todos los continentes
Por muy increíble que parezca, el desarrollo de la viticultura ha llegado a prácticamente todo el planeta, salvo a la Antártida. Las áreas con mayor actividad vitivinícola se concentran históricamente en Europa, pero también se cultivan viñedos en América, Oceanía, Asia y África.
- Europa: Tradicionalmente reconocida por su viticultura, cuenta con regiones famosas como Burdeos (Francia), Toscana (Italia) y La Rioja (España).
- América: La vid llegó con los colonizadores españoles y se extendió rápidamente a países como Chile y Argentina.
- Asia: China es el tercer mayor viñedo del mundo, y la vid tiene una larga historia en el continente, con orígenes que se rastrean hasta sus inicios.
- Oceanía: Australia y Nueva Zelanda son reconocidos por su producción de vinos de alta calidad.
- África: Países como Sudáfrica y Etiopía, que se encuentran en el cinturón de la vid, cultivan vides para producir vino.
EL PAPEL fundamental de la ciencia
El científico Louis Pasteur ha pasado a la historia por aportaciones tan relevantes para la humanidad como la vacuna contra la rabia. Pero no todo el mundo conoce su papel en la viticultura. Y más en concreto en la vitivinicultura, ya que Pasteur estudió la fermentación, la descomposición y la acidificación del vino. Y lo hizo a petición de los propios vinicultores. Para combatir la fermentación láctica producida por microorganismos, Pasteur sugirió aplicar temperaturas de 50-60 grados para eliminar las bacterias que agriaban el vino. Sin embargo, los productores rechazaron esta metodología. Al final, se propuso un experimento con dos barriles de vino: uno tratado con el método propuesto por el científico y otro no. Después de diez meses de travesía en barco, el barril pasteurizado volvió en perfectas condiciones; el otro se fermentó.