Tomar una copa de vino es, más allá de un momento de deleite, un nexo cultural y social. Y, de hecho, el consumo de vino está ligado, según todos los estudios que van surgiendo en el sector, con ciertos momentos de encuentro social, reuniones con los amigos y la familia, eventos y celebraciones… Es decir, el consumo de vino nos vincula de una forma especial y, a diferencia de otras bebidas, representa una forma de compartir una experiencia sensorial única y diferente.
Pero no es menos cierto que las personas amantes del vino también disfrutan de cada experiencia enológica en soledad. Y, de hecho, no es poco común que haya consumidores que viven ese momento como una ocasión para relajarse, para desconectar del estrés diario e incluso reflexionar mientras paladean su vino, preferiblemente en casa.
Todos ellos son momentos enológicos. Momentos Campoameno en nuestro caso 😊. Y en cualquier caso, hay muchas formas de deleitarse con un vino [y si es Campoameno, mejor😉]