OTOÑO ES TIEMPO DE BODEGA, DE VINIFICACIÓN
Pasado ese momento especial de la vendimia, llega otra etapa maravillosa, en la que toman forma nuestros vinos. Es el trabajo de la bodega, puesto que, una vez tenemos el mosto, comienza el proceso de vinificación, cuando las levaduras hacen su trabajo para que, en función del tipo de uva y el proceso de crianza, tengamos uno u otro tipo de vinos.
Una vez realizado el prensado y liberado el mosto en las cubas, se inicia el proceso. Primero la fermentación alcohólica, controlando la densidad y la temperatura. La duración de la fermentación y del encubado varía según el tipo de vino que se elabora, el tipo de levaduras y la velocidad de fermentación.
Dentro la fermentación alcohólica también realizamos lo que se denomina el remontado del vino, que consiste en sacar el mosto desde la zona baja del depósito a la superior para lograr que la actividad de la levadura sea óptima.
Después se produce la fermentación maloláctica, esencial en los vinos tintos. Es momento para que las bacterias lácticas presentes en la uva transformen el ácido málico en láctico, lo que ayuda a reducir de la acidez en el vino, a aumentar su untuosidad y aromas.