Los espumosos ya no son solo para Navidad porque su versatilidad gastronómica los han convertido en un básico para cualquier momento y comida.
¿Espumoso solo en Navidad? Atrás quedó esa creencia y esa práctica tan arraigadas. La razón de ese cambio de tendencia en el consumo no es otro que su versatilidad gastronómica: pueden servir para maridar desde tapas a ostras. Por eso su aumento de popularidad ha ayudado a esa tendencia a la desestacionalización, sin duda impulsada por la cada vez más extendida percepción de ser ideales para celebraciones diarias. De ahí que se hayan convertido en un básico para cualquier momento, demostrando que son perfectos para maridar cualquier comida, desde chips hasta platos más elaborados.
Además, son cada vez más elegidos por ser una opción más saludable gracias a su menor contenido calórico y la capacidad de saciedad que genera el gas carbónico. Por no hablar de la diversidad de opciones que, sin duda, ha ampliado su atractivo y desestacionalizado su consumo. ¿Has probado los nuestros? Los tenemos para todos los gustos 😉
¿Quién puede imaginar la noche del 24 o el 31 sin un buen vino espumoso sobre la mesa?
Brindar con espumosos es inevitable en las celebraciones y en fechas navideñas es tradición
¿Por qué decimos que los espumosos no son solo para la navidad?
1
por versatilidad culinaria
Ya no se limitan a postres o brindis; maridan con casi todo, desde unas aceitunas y patatas fritas hasta ostras, quesos o incluso platos principales, abriendo su consumo a cualquier comida, no solo al momento de brindar en la cena de Nochebuena o Nochevieja.
Sus burbujas y acidez son perfectas para maridar toda una comida, desde aperitivos hasta postres, y funcionan bien con platos contundentes o ligeros. Además, hay muchos tipos (Brut Nature, Semiseco, Dulce, Rosados, Tintos espumosos), cada uno adaptado a diferentes momentos y preferencias.
2
por las nuevas tendencias de consumo
Las cifras de los últimos años lo confirman: son de los vinos que más crecen en ventas en España, percibidos como una bebida para cualquier ocasión, sea especial o no.
Los consumidores más jóvenes buscan opciones frescas y diferentes, como los frizzantes o espumosos ligeros, que huyen de lo tradicional e, incluso, están envasados en lata.
3
porque resultan asequibles y variados
En la mayoría de los casos, los vinos espumosos resultan económicos y asequibles, ya que no requieren un gran gasto y son ideales para el día a día. Por eso, si son de nuestro agrado, no hay por qué reservarlos a días especiales o fechas como la Navidad. Y es que una de las razones que ha hecho que durante mucho tiempo no se haya consumido vino espumoso es que se ha relacionado con un precio elevado, cuando en realidad no es así.
El vino espumoso no tiene por qué ser caro y, por tanto, podemos tomarlo en cualquier ocasión cotidiana y, más específicamente, con platos que a menudo solemos pedir para comer en casa.
4
porque ha cambiado la percepción sobre ellos
Los vinos espumosos se perciben cada vez más como una bebida para el momento. La tendencia es verlos como una opción refrescante y festiva para cualquier momento del año, no solo para grandes eventos o fechas especiales o señaladas, como la Navidad.
Los datos confirman que se han convertido en la bebida perfecta para una reunión informal, un aperitivo o simplemente para disfrutar un buen momento. Como decimos, el hecho de que sean vinos más ligeros y con menos graduación alcohólica, también los convierte en los preferidos de muchas personas que no son tan amigas de vinos más potentes y que no quieren renunciar a tomarse una copa de vino en sus encuentros con amigos o familiares.
¡A disfrutar de las burbujas antes, durante y después de la Navidad! 😉